Diversos estudios han podido comprobar que la alimentación influye en el estado de nuestro cerebro. Por ello, tener una buena alimentación es fundamental.
En dichas investigaciones se ha podido concluir que algunos alimentos contienen nutrientes que ayudan a potenciar la atención, la concentración y la memoria.
Siempre que nos falla la memoria lo achacamos a un problema de estrés y al exceso de responsabilidades, siendo en la mayoría de los casos, los motivos principales. Pero, la alimentación también puede ser la responsable o un factor más que, sumado al estrés, nos haga tener más despistes. Y es que una alimentación desequilibrada con déficit de ciertos nutrientes, puede ser muy perjudicial para la salud del cerebro.
La dieta mediterránea, basada en el gran consumo de frutas, verduras y legumbres, es una de las más recomendables por sus efectos positivos. Las personas de edad avanzada o con problemas de sobrepeso que siguen esta dieta preservan durante más tiempo su rendimiento cognitivo.
Para su funcionamiento, el cerebro necesita el 20 % de la energía ingerida. Su principal fuente de energía es la glucosa, que proviene de los alimentos ricos en carbohidratos, así como de las grasas saludables.
Además de esto, para el cerebro es imprescindible la hidratación, ya que contiene una gran concentración de agua.
Al ser el líquido un elemento predominante en nuestro cerebro, la falta de éste puede provocar síntomas como dolores de cabeza, irritabilidad, disminución de los reflejos y pérdida de memoria a corto plazo. Tenemos más riesgo de que esto ocurra en invierno, ya que al no sudar ni tener calor, bebemos menos.
Para facilitar la labor de la hidratación, que no solo se obtiene a través del agua, podemos optar por consumir otro tipo de bebidas también muy beneficiosos.
Si somos aficionados a los zumos, podemos hacer diferentes combinaciones, como pera con kiwi y jengibre, que aporta fibra y propiedades antioxidantes; granada con naranja, rico en vitamina C y ácido fólico, que ayuda a la memoria; y limón con manzana roja.
Algunas infusiones también son buenas para la memoria, como tomillo, menta, romero, manzanilla y salvia.
Compartimos algunos alimentos que son recomendables para el mantenimiento de nuestras funciones cognitivas, entre ellas, la memoria.
Pescado azul
El pescado azul es rico en Omega 3, que son ácidos grasos saludables necesarios para reforzar las conexiones neuronales. Su consumo permite mejorar la memoria y reducir los riesgos de sufrir enfermedades degenerativas como demencia o Alzheimer. Los más recomendables son el salmón y la sardina.
Aguacate
Por su aporte vitamínico, es muy recomendable el consumo diario de frutas. El aguacate en concreto tiene un alto contenido en grasas monoinsaturadas que ayudan a potenciar la actividad neuronal y a mejorar la atención. Este tipo de grasas saludables tiene la función de limpiar las arterias, garantizando, de esta forma, que llegue al cerebro y al corazón la sangre necesaria para que ambos órganos funcionen a pleno rendimiento. Además del omega 3, el aguacate es rico también en vitaminas y antioxidantes.
Chocolate
El chocolate tiene fama de ser perjudicial para la salud, pero todo lo contrario. Lo malo son los chocolates que contienen muchas grasas saturadas o azúcares añadidos, pero, consumir una onza de chocolate negro diaria, sí que es muy beneficioso para nuestra salud, incluida nuestra memoria.
Café
Existen diversos estudios que concluyen que tomar cantidades moderadas de cafeína puede afectar positivamente a la concentración mental, ya que nos mantiene en estado de alerta. Siempre que se consuma con moderación puede ser beneficioso para nuestro cerebro.
Espinacas
Las espinacas tienen efectos positivos sobre la memoria y el aprendizaje, gracias a su alto contenido en antioxidantes, además de ser un alimento fundamental para la conservación y cuidado de los músculos.
Frutos rojos
Son ricos en antioxidantes como los flavonoides y los polifenoles, además aportan minerales y vitaminas como la C y ácido fólico. Por esta composición nutricional, tienen capacidad neuroprotectora, retrasando la aparición de enfermedades degenerativas.
Frutos secos
Son una gran fuente de Omega 3 y de fósforo, además de contener vitamina B, magnesio y vitamina E, por lo que son cruciales para la salud cerebral, ya que su composición ayuda a retrasar el envejecimiento de las neuronas. Para beneficiarnos de los efectos positivos de su consumo, es suficiente con consumir un puñado al día de almendras, nueces o avellanas.
Alimentos integrales
El consumo de alimentos integrales es muy recomendable, ya que ayuda a mejorar la memoria y la concentración y reducir el estrés.
Esto es posible gracias al ácido fólico y a la vitamina B6, que contribuyen a mantener en forma al cerebro.
Por otro lado, al ser alimentos con un alto contenido en fibra, también ayudan a regular el colesterol y el azúcar en sangre, por lo que es indispensable incluirlos en nuestra dieta.
En definitiva, para que nuestro cerebro funcione de forma correcta, necesitamos llevar una vida saludable, dormir bien, practicar ejercicio y tener una alimentación equilibrada. Con todas estas medidas conseguiremos aumentar nuestra memoria, atención y concentración, y retrasar todo lo posible la aparición de enfermedades neurodegenerativas.
