El insomnio es un trastorno del sueño bastante frecuente en una gran parte de la población adulta, que consiste en la dificultad de conciliar el sueño o de mantenerlo durante toda la noche sin alteraciones y por el periodo recomendado, entre 6 a 8 horas. Las personas que sufren dicho trastorno siguen cansados al despertar, por lo que pueden verse afectados en su día a día tanto en su desempeño laboral como en su salud general y en su calidad de vida.
Algunas personas sufren insomnio a corto plazo, durante días o semanas, que se puede deber a estrés o a algún acontecimiento traumático que les desvele.
Para solucionar este tipo de insomnio se debe identificar la causa para poder ponerle solución.
Por otro lado, hay personas que sufren insomnio a largo plazo. Este se denomina crónico cuando se prolonga más allá de un mes. Puede estar asociado a otras afecciones o al consumo de algún medicamento.
Causas del insomnio
Estas son algunas de las causas más comunes por las que puedes sufrir insomnio.
El abuso nocturno de la tecnología
El uso excesivo de dispositivos tecnológicos desajusta nuestro reloj interno y altera las hormonas que ayudan a la conciliación del sueño.
Para que nuestro cerebro pueda descansar correctamente, debemos relajarnos antes de dormir, y esto implica alejarse del teléfono móvil y de cualquier aparato electrónico, incluida la televisión.
El consumo de bebidas estimulantes o nocivas
Consumir café, té o alcohol antes de dormir es perjudicial para un buen descanso. La cafeína es un estimulante muy poderoso que influye en el sueño, así como el alcohol, cuyo efecto es provocar un sueño ligero que no llega a ser profundo, por lo que no se descansa bien.
Por ello, todas estas bebidas hay que evitarlas al menos seis horas antes de dormir, es decir, no consumirlas durante la tarde ni la cena.
Problemas de salud mental
Todos los problemas emocionales, tales como ansiedad, estrés, o depresión, se ha demostrado mediante diversos estudios que están altamente relacionados con trastornos del sueño.
Problemas de salud física
También existen diversas enfermedades de carácter físico que pueden repercutir en el sueño y provocar insomnio, tales como la artritis, las migrañas, el asma, la tiroides, los trastornos gastrointestinales y la insuficiencia cardíaca, entre otros.
Síndrome de piernas inquietas
Consiste en la percepción de hormigueo y sensación desagradable en las piernas, lo que provoca la necesidad de moverlas e incluso caminar. Esta sensación aparece en la transición de la vigilia al sueño, por lo que quien lo sufre no llega a dormirse profundamente y por tanto su cerebro no descansa.
Cómo combatir el insomnio
Dependiendo de las causas que provoquen nuestro insomnio, podemos buscar ciertos remedios naturales o buenos hábitos a realizar que nos ayuden a combatirlo.
Sin embargo, cuando el insomnio está provocado por algún problema de salud, como los mencionados anteriormente, es muy importante encontrar una rápida solución para nuestra calidad del sueño.
Una buena inversión en este sentido es la adquisición de una cama articulada, que permiten adoptar diferentes posiciones que se adaptan a la necesidad individual, mejorando considerablemente el descanso tanto de quien padece insomnio como otros trastornos que dificulten dormir bien,
Si nuestro insomnio está causado por problemas de ansiedad o estrés, podemos practicar ejercicios de relajación, meditación y técnicas respiratorias, por ejemplo, practicando yoga.
Si nuestro sueño se ve alterado o interrumpido por culpa de la tecnología, la solución está clara: debemos dejar estos aparatos lejos de nuestra cama y disminuir, según se acerca el momento de ir a la cama, este tipo de actividades.
También puede ser que nos cueste conciliar el sueño porque tengamos una importante carga laboral y no seamos capaces de desconectar en nuestro hogar, llevándonos a la cama responsabilidades y pensamientos que nos alteran. Para poder combatir este tipo de insomnio es recomendable y necesario ponernos un límite al trabajo. El tiempo de ocio y descanso es fundamental para nuestra salud mental, siendo necesario vivir momentos de desconexión y diversión para poder dormir bien.
Otros hábitos que puedes implementar en tu rutina para dormir mejor son evitar la siesta, no hacer ejercicio cerca de la hora de acostarte, no hacer cenas muy pesadas, consumir poco líquido por la noche e intentar acostarse siempre a la misma hora, para que el cuerpo esté ya predispuesto al descanso. Algunas actividades recomendables justo antes de dormir son escuchar música relajante, leer un libro o darse un baño de agua caliente.
En conclusión, es importante cuidar nuestro sueño, ya que el insomnio puede tener consecuencias muy negativas, tales como causar graves problemas psicológicos, otros síntomas físicos como mareos, debilidad y agotamiento muscular, además de poner a la persona en situaciones de peligro, como la posibilidad de dormirse al volante o la pérdida de agilidad mental y falta de reacción ante determinada situaciones.