La publicidad invasiva es toda aquella que nos aparece cuando navegamos por la red y que nos impide continuar visualizando la página web que nos encontramos.
Suele aparecer en todo tipo de páginas, especialmente en periódicos digitales, revistas o artículos de blogs. Puede aparecer en forma de banners, que son una especie de carteles que se colocan en la parte superior o lateral de la ventana, o directamente una imagen que abarca toda la ventana, impidiendonos ver el contenido que estábamos visitando. A veces nos puede aparecer una “X” con la que podemos cerrar esta ventana, pero en algunas ocasiones no funciona y nos dirige hacia la página publicitaria sin poder evitarlo.
A este tipo de publicidad tan molesta se la denomina adware, palabra que combina los términos advertising (publicidad) y software (programa) y que se refiere a los programas que muestran anuncios que tienen el objetivo de obtener ganancias cada vez que alguien hace clic en dichos anuncios.
Cuando un adware no deseado se instala en nuestro dispositivo, recibiremos ventanas emergentes de anuncios de forma consecutiva, tanto cuando estamos navegando o directamente sin motivo en nuestra pantalla.
Algunos de los motivos más comunes que pueden hacer que se nos instale, es si buscamos contenido relacionado con películas online gratis o minijuegos. También lo podemos instalar sin querer al descargarnos programas gratuitos de internet, entre los que se nos puede filtrar un software malicioso, o bien al hacer clic en un anuncio sospechoso. Lo más peligroso de esta publicidad es que nos puede llevar a páginas que filtren nuestra información y datos sin permiso.
Aunque es común que este tipo de programas se instalen en ordenadores, también es posible que nuestra tablet o dispositivo móvil se vean afectados, bien a través del navegador web, bien a través de la descarga de alguna aplicación.
Cómo saber si ha afectado a nuestro dispositivo publicidad no deseada
Compartimos una serie de indicios que nos pueden demostrar que hemos sido afectados por un adware.
-
Que nuestro navegador tarde mucho en cargar, sea excesivamente lento o se cierre solo.
-
Que nos aparezcan anuncios en todas las páginas webs que visitamos.
-
Que aparezcan nuevas barras de herramientas o extensiones que nosotros no hemos descargado, así como que se nos instalen aplicaciones no deseadas.
-
En general, cualquier comportamiento extraño o no autorizado que observemos al navegar por internet.
Cómo protegernos ante la publicidad invasiva
Existen algunas acciones que podemos tener en cuenta para protegernos de la publicidad invasiva. Son las siguientes:
-
No abrir nunca anuncios del tipo “Enhorabuena” Felicidades” Has ganado x premio”, porque casi siempre son falsos.
-
Si tu navegador marca un sitio como no seguro, evita acceder a él.
-
Cuenta siempre con un programa de protección antivirus actualizado y, si es posible, que cuente con un bloqueador de ventanas emergentes.
-
No descargues programas de fuentes desconocidas o no confiables.
-
Actualiza tu navegador web a su última versión siempre.
Otros tipos de publicidad no deseada
Entre los diversos tipos de publicidad no deseada que existen, además del ya mencionado, el más común y conocido es el spam, que hace referencia al contenido publicitario que nos llega por distintas vías telemáticas sin haber sido solicitado, y que se envía de modo masivo a muchos destinatarios.
El lugar más habitual donde recibimos spam es a través del correo electrónico. Sin embargo, también nos puede llegar este tipo de publicidad a través de otros canales.
Por ejemplo, es habitual el spam en blogs, por medio de comentarios. Aunque estos sean malintencionados, son fáciles de identificar y no entrañan riesgos, aparte de ser molestos, y es suficiente con eliminarlos. Algo similar ocurre en los foros, por lo que deberemos de encargarnos de filtrar los comentarios de spam en caso de ser moderadores de alguna web de este tipo.
Otro tipo de spam, que este sí puede ser considerado más peligroso, es el recibido a través de SMS en cualquier aplicación de mensajería instantánea. El motivo de su riesgo es que puede parecer que procede de un usuario de confianza, por ejemplo cuando recibimos sms indicándonos que tenemos un paquete pendiente de recogida.
Un consejo para que no recibas este spam, aunque no sea inevitable del todo, es no introducir tus datos en formularios, encuestas o casillas que encuentres por internet, y limitar la gente a la que informas de tu dirección de correo electrónico.
También es recomendable tener cuentas diferentes, dejando un correo electrónico para temas profesionales y otro para las redes sociales u otros registros online.
Si tu servidor de correo te da la posibilidad de configurar esta opción, activa los filtros antispam, que te librarán de la mayoría de correos publicitarios, aunque deberás revisar la bandeja de correo no deseado, por si acaba en ella algún correo que no es publicitario. Esto suele ocurrir sobre todo cuando recibimos por primera vez una comunicación de alguien que no está en nuestra lista de contactos.