El término “Workaholic”, que se podría traducir en español como “trabajólico” fue propuesto por el psicólogo Wayne Oates, y hace referencia a las personas que tienen una gran dependencia al trabajo. Lo equipara con otras adicciones, ya que quien lo sufre presenta una necesidad incontrolable y continuar de trabajar, lo que afecta a su bienestar y relaciones sociales.
Como ocurre con cualquier tipo de adicción, quien lo es suele negar el problema y no es capaz de reconocerlo. Pero, además, este tipo de adicción también es difícil de detectar por el entorno, puesto que vivimos en una cultura en la que se potencia un modo de trabajo que, por lo general, es muy esclavista y sacrificado, por lo que casi se podría entender como una virtud el querer trabajar de forma constante.
Cómo identificar a un adicto al trabajo
Aunque sea complicado, existen algunas indicaciones que nos pueden ayudar a identificar si una persona es adicta al trabajo. Son las siguientes:
Las personas adictas se suelen llevar el trabajo a casa y no saben desconectar mentalmente de sus tareas laborales.
Además, sienten poco interés por actividades que no formen parte o estén relacionadas de alguna forma con su empleo.
Por otro lado, no son capaces de disfrutar del tiempo libre sin sentirse culpables o creer que pierden el tiempo. Por este motivo, si no pueden evitar ir de vacaciones, se llevan trabajo donde quieran que vayan.
Durante el periodo laboral suelen realizar horas extras y dedicar la mayoría de su tiempo tanto al trabajo como a pensar en él. Por ello no descansan bien y tienen muchas dificultades para mantener sus relaciones personales, lo que puede derivar en un aislamiento social.
Consecuencias de ser un adicto al trabajo
Tener una adicción al trabajo puede tener consecuencias tanto físicas como mentales. En su mayor parte, los que sufren esta adicción suelen ser hombres con edades comprendidas entre 35 a 50 años y con cargos intermedios o profesiones liberales o autónomas. Este tipo de personas suelen centrar toda su atención en el trabajo, dejando el resto de apartados de su vida en un segundo plano.
Las principales consecuencias se asemejan a las de otros adictos, como son las de afectar a sus relaciones familiares, tanto dentro como fuera del entorno laboral, la generación de conflictos e incluso un bajo rendimiento laboral, producido por la altas exigencias a las que ellos mismos se someten.
Si hablamos de consecuencias mentales, las más comunes son ansiedad, estrés, insomnio, alteraciones del sueño, cansancio e irritabilidad. En cuanto a la salud física, se puede sufrir tensión muscular, problemas gástricos y alteraciones cardiovasculares.
Consejos para prevenir la adicción al trabajo
Compartimos una serie de consejos para evitar ser un adicto al trabajo.
Tomar conciencia
Este consejo más que para la persona que es adicta al trabajo está orientado para sus familiares y amigos, ya que suelen ser los que se dan cuenta del problema. Normalmente, los adictos al trabajo no consideran excesivo el tiempo que le dedican, por lo que son las personas más cercanas a él quien deben mostrarle las cosas que se está perdiendo por culpa de su adicción.
Para ello, es muy importante dialogar mucho y hacerle entender que el ocio y el disfrute de tus allegados es imprescindible para tener una vida plena, y que el trabajo es algo secundario.
Fijar un límite horario
Una de las mejores formas para no excederse trabajando es fijar un límite de horario de trabajo y cumplirlo siempre, falten las tareas que falten por atender. De esta forma, al principio puede ser complicado luchar con la sensación de fracaso o de abandono laboral pero, con el tiempo, podremos aprender que no es tan urgente y que se pueden delegar y posponer muchas tareas sin problema. Además, esta limitación también ayuda a organizar mejor el día y aprovechar más eficientemente el tiempo que se dedica al trabajo.
Como cualquier adicción, lo más duro es aguantar la sensación de abstinencia. En el caso de los adictos al trabajo, a pesar de las ganas de revisar si quedan cosas por hacer o la necesidad de hacer todo perfecto, hay que soportar esa sensación y dejarse llevar, dejando todo como está y olvidando el trabajo cuando la jornada acaba.
Buscar ayuda
Quizás este apartado sea de los más difíciles, ya que cuesta reconocer las propias debilidades y solicitar ayuda a los demás. Sobre todo, aceptar consejos que contradigan nuestras ideas, aunque sea por nuestro bien, es una ardua tarea.
Si detectas que has dejado de realizar muchas actividades porque el trabajo no te lo permite, y que siempre te cuesta que este sea el que se sacrifique, y lo pones por delante de lo demás, puede que tengas que plantearte que quizás tienes un problema de adicción al trabajo.