Ni que decir tiene que el sueldo ofrecido es uno de los aspectos decisivos que nos harán decantarnos por un trabajo u otro. Está claro que hay muchos otros factores en juego, como es el caso del ambiente laboral, del horario de trabajo, de las políticas de conciliación laboral o de si existe la posibilidad de trabajar en remoto. Todo influye, por supuesto, pero al final el salario puede marcar la diferencia entre dos empresas que ofrecen condiciones muy similares.
Hablar de dinero no es fácil. En nuestra sociedad continúa siendo un tema tabú. Si no nos atrevemos a preguntarle a nuestro mejor amigo o a un familiar acerca de su sueldo, es normal que nos cueste un mundo abordar este asunto con un completo desconocido. Es más, con quien puede llegar a ser nuestro jefe. Sin embargo, es un tema que debe sacarse en algún momento de la entrevista de trabajo. He aquí algunos consejos para negociar el salario en un nuevo empleo.
1. No saques el tema en la primera entrevista
Los procesos de selección pueden llegar a extenderse en el tiempo, especialmente aquellos que implican a perfiles muy cualificados. Entonces, no es recomendable sacar este tema en la primera entrevista de trabajo, no al menos a iniciativa propia. Si es el reclutador quien te pregunta acerca de tus expectativas salariales, entonces, adelante.
2. Ten clara la cifra
Tarde o temprano, durante el proceso de selección, surgirá el tema del salario. Previamente, es aconsejable que te sientes a echar números y tengas en mente una cifra aproximada de lo que te gustaría percibir. Cuando el reclutador te pregunte, menciónala de manera firme y sin titubear, de manera que este sienta que tiene enfrente a un candidato con las cosas claras. Eso sí, en este punto te recomendamos que no te instales en una cifra cerrada y seas flexible. No en vano, de eso se trata la negociación, ¿no te parece?
3. Argumenta tu propuesta
Tu propuesta salarial debe acompañarse irremediablemente del valor que aportarás a la empresa. Puede parecer una cifra alta, pero no tanto en comparación con las capacidades y conocimientos que vas a ofrecer a cambio. Haz hincapié en todas tus fortalezas, dando ejemplos concretos. Es la ocasión perfecta de que saques a relucir tu oratoria y poder de convicción.
4. Sé realista
Al negociar el salario ante un nuevo trabajo, no se trata de proponer una cifra que te convenga a ti. Esta debe ser realista, acorde a la empresa que tienes delante, al puesto ofertado, pero también a tu experiencia. Si la propuesta no es realista, el reclutador perderá las ganas de negociar desde el primer minuto. Al fijar una cantidad, siempre ten en cuenta todas las variables.
5. Escoge una forma de expresarte adecuada
Durante la negociación, es importante que cuides la manera de expresarte. El tema del salario es delicado, de modo que la clave está en abordar este asunto con inteligencia y, sobre todo, con educación y formalidad. Sé sabio escogiendo las palabras que guiarán tu argumento. Por ejemplo, sustituye el “quiero” por un “podríamos valorar la cantidad de…”. Ya sabes el poder de las palabras, así que elígelas con sabiduría.
6. Muestra tu disposición a llegar a un acuerdo
Anteriormente señalamos la importancia de ser flexible al negociar el salario en un nuevo trabajo. Continuamos en esta línea, destacando la necesidad de que muestres una postura dispuesta a llegar a un acuerdo. Mantén una actitud dialogante, de escucha y receptiva. Es vital que no cierres ninguna puerta antes de tiempo.
7. Piensa más allá del salario
Por último, es indispensable que mires más allá del sueldo. Obviamente el salario es un aspecto muy importante para elegir un empleo u otro, pero es recomendable que pongas todos los elementos en una balanza. Puede ocurrir, por ejemplo, que la remuneración que te ofrece la empresa A sea algo más baja que la que te propone B, pero a cambio obtienes ciertas condiciones ventajosas e incentivos como cheques-comida, bonus de productividad, jornada laboral flexible, etc. Quizás todas estas condiciones compensen esos euros de menos.
Después de una entrevista de trabajo, es imprescindible que salgas con la sensación de que has despejado todas las dudas. La clave está en encontrar el momento óptimo para hacer todas esas preguntas relacionadas con el salario, el horario de trabajo, etc. Pregunta sobre el sueldo, claro que sí, pero también por otros aspectos del empleo. No querrás que parezca que solo te interesa el dinero, ¿verdad?
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