Dormir es una actividad inherente y necesaria para todas las personas. Es una acción que realizamos sin pensar, porque es obligatorio dormir para rendir al día siguiente, pero en muchas ocasiones no le otorgamos la suficiente importancia, ni tenemos en cuenta como hacerlo mal puede condicionar nuestra vida y repercutir en el transcurso de todo el día.
Según vamos cumpliendo años, nuestro cuerpo va perdiendo habilidades físicas y sufriendo nuevos y diferentes dolores, como de espalda, de hombros, de cuello, etc. Esto puede acarrear que nos cueste más dormir del tirón y descansar las horas necesarias.
Es por ello que llega un momento en el que tenemos que priorizar el buscar una solución para nuestro descanso.
¿Cómo puedo invertir en mi descanso?
Si hemos detectado que a menudo dormimos mal, o tenemos alguna dificultad física que nos impide de forma regular alcanzar un buen descanso, es necesario que invirtamos en ello.
Para dormir bien es fundamental contar tanto con un colchón como con una cama de calidad.
Nuestra forma de dormir puede mejorar bastante si disponemos de una cama eléctrica articulada.
Algunos de los beneficios de tener una cama eléctrica son:
Prevenir los dolores de espalda. Poder adaptar la cama con diferentes inclinaciones permite reducir los dolores dorsales. Ya no solo para dormir, sino que esta posibilidad de regulación también es útil para realizar otras actividades en la cama, como leer o ver la televisión.
Mejorar la circulación sanguínea. Las camas articuladas también son recomendables para las persona que sufren problemas en la circulación sanguínea, ya que sus diferentes posiciones se adaptan para mejorar dicha circulación, como la posibilidad de dormir con las piernas en alto.
Facilitar la respiración. Las personas que sufren dificultades respiratorias, tales como asma o bronquitis crónica, ven muy complicada la hora de irse a dormir, ya que en la posición de letargo es cuando más se agravan sus problemas. Con una cama articulada pueden encontrar una postura más idónea, como permanecer un rato sentados para optimizar la circulación del aire o incluso dormir de forma incorporada.
Estas camas articuladas pueden ser manejadas con facilidad por cualquier persona, gracias a su mando a distancia incorporado para regular sus distintas posiciones.
¿Por qué es tan importante dormir bien?
El sueño es algo vital. Algunas de las principales razones para descansar bien son:
- Es fundamental para asegurar la vigilia. Una razón tan sencilla como que haber dormido bien te permite estar despierto al día siguiente.
- Es imprescindible para la vida.
- Es una necesidad biológica para poder regular los biorritmos.
- Reduce la aparición de enfermedades cardiovasculares, ya que, quien duerme bien es menos propenso a sufrir insuficiencias cardíacas, puesto que, por el contrario, el insomnio aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíaca.
- Mejora la creatividad, la concentración y la memoria. Esto es posible si nuestro cerebro está descansado correctamente, puesto que la producción de hormonas se equilibra y nuestra mente funciona mejor.
- Sirve para que nuestro cerebro afiance los conocimientos aprendidos durante el día.
- Reduce la depresión. Cuando nos relajamos nuestro cuerpo produce de forma natural melatonina y serotonina, lo que nos ayuda a regular nuestro bienestar emocional.
- Ayuda a controlar nuestro peso. Cuando padecemos insomnio, el estómago libera más hormonas del apetito, lo que provoca que tengamos hambre de noche y nuestro cuerpo sufra un estado prediabético, en el que continuamos teniendo hambre a pesar de haber comido, por lo que puede asociarse con la obesidad.
Consecuencias de dormir mal
Cuando nuestro sueño no es reparador tiene múltiples consecuencias tanto sociales como médicas que pueden afectar a cualquier persona.
Estas son algunas de las consecuencias de la falta de un descanso óptimo.
Reduce las capacidades mentales. Diversos estudios han relacionado la falta de sueño con problemas para asimilar nueva información, así como la disminución en la efectividad de algunos procesos psicológicos, como la atención o la memoria. Factor que afecta sobre todo a los estudiantes o a las personas que realizan trabajos que requieran una alta concentración.
Problemas de salud físico. También se ha podido comprobar que el dormir mal puede propiciar la aparición de enfermedades físicas, tales como ictus, diabetes, enfermedades de corazón o problemas con la presión arterial.
Disminución de la testosterona. Dormir poco también afecta a los niveles de testosterona de los hombres, lo que puede conllevar una disminución de la energía y del apetito sexual.
Acelera el envejecimiento celular.
Puede favorecer que aparezcan trastornos digestivos como estreñimiento y úlceras estomacales.
Asimismo, existe un aumento de las posibilidades de sufrir estrés, ansiedad o depresión. Además, la baja tolerancia al estrés provoca que en nuestro día a día tengamos reacciones exageradas ante problemas o situaciones cotidianas que antes no nos afectaban de este modo.
En definitiva, dormir mal puede acarrear consecuencias muy negativas para nuestra salud, por lo que es importante valorar cómo es la calidad de nuestro sueño e intentar mejorarla.