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Muévete para sentirte mejor

27 julio, 2022

Sin movimiento, no hay vida. Estamos seguros de que no habrá nadie que se atreva a negar que moverse afecta positivamente en nuestra calidad de vida. Pero cuando hablamos de movernos, no nos referimos simplemente a repetir infinitamente series en el gimnasio, ni a los ejercicios controlados y programados que podamos hacer cada semana. El día tiene 24 horas y, en el blog de hoy, queremos poner nuestro foco de atención a cuántas de esas horas estamos prácticamente en la misma postura.

En el blog de hoy, como hemos dicho, queremos recomendarte que observes con qué frecuencia se da tu actividad física diaria. Es momento de que te des cuenta de que todo movimiento que hagas, cuenta. Y no hablamos de quemar calorías, ni de movernos para, supuestamente, lucir más atractivos. El movimiento nos da energía, lo necesitamos y es momento de hacernos algunas preguntas como, por ejemplo: ¿Cuánto nos movemos durante nuestro día? ¿Satisfacemos con ello nuestras necesidades de Homo sapiens? ¿O nos hemos convertido en seres sedentarios si quitamos las dos horas de gimnasio que podemos dedicar a la semana? ¿Subes escaleras? ¿Caminas para desplazarte de tu casa al supermercado? ¿Te estiras? ¿Repites una y otra vez movimientos de forma mecánica o te permites ir variando alguna vez?

La amplitud de todos tus movimientos afecta a la movilidad de tus articulaciones y a tu flexibilidad. También, así, la intensidad y lo complejos y variados que sean tus posturas o gestos te afecta. Todo lo que le haces hacer a tu cuerpo, tiene un impacto más poderoso en tu salud y bienestar de lo que te puedas imaginar. Nos influye en muchas cosas como, por ejemplo, en nuestro equilibrio, en nuestra coordinación, en la memoria, en el ritmo y en nuestra sensibilidad. Cómo nos movemos, también afecta a cómo nos movemos. Es una pescadilla que se muerde la cola. Si te mueves más y mejor, te mueves más y mejor. Y tu salud mejora también.

Lo cierto es que, aunque no lo creas (porque la sociedad tecnológica e industrial en la que vivimos hoy en día no nos requiere un nivel elevado de actividad física para sobrevivir) nuestro cuerpo necesita el ejercicio. Siglos y siglos de evolución como especie nos han conformado de tal modo que ejercitarnos sea vital. Lamentablemente, no somos muy conscientes de ello y nos limitamos a pensar que con poder desarrollarnos en un puesto de trabajo más o menos sedentario, podremos obtener los recursos que nos den acceso a alimento, techo, sanidad, educación, ocio y, tal vez, a un gimnasio recurrente. Pero, es ¿esto suficiente para llegar nuestro nivel óptimo de bienestar? ¿Es eso lo mejor para nuestra salud?

El sedentarismo es un mal muy extendido en el globo y, en opinión de algunos, unas sesiones en el gimnasio o el deporte no son suficientes para hacerle frente. ¿Crees que exageramos? Si prestas atención, te darás cuenta de que el mundo actual se está diseñando para que no tengamos que movernos. Puedes realizar compras online y esperar a que te las traigan hasta la puerta de tu casa (tiendas de ropa, de alimentos y restaurantes ofrecen estos servicios), tenemos ascensores, escaleras mecánicas y, la última novedad, patinetes eléctricos. Tenemos coches, tenemos autobuses y tenemos taxis. Tenemos medios de comunicación muy avanzados y aplicaciones para reunirnos virtualmente. De hecho, ya no tenemos que, a penas, mover un dedo para ver a nuestros compañeros de trabajo si necesitamos consultar algo, ni a nuestros amigos o familiares. Las reuniones virtuales son el éxito de los últimos años. Y sí, podemos estar “reunidos” con pijama y repanchingados en nuestro sofá, si clicamos a la opción “ocultar pantalla”. Todo esto, por no hablar de las formas de entretenimiento que no requieren que realices ningún tipo de esfuerzo.

Muchos de los problemas de salud frecuentes en pueblos y ciudades industrializados (como la hipertensión, el sobrepeso, las lumbalgias, las contracturas, etc.) son, según algunos entendidos en la materia, la consecuencia entre la falta de concordancia que hay en entre la forma en que está diseñado nuestro organismo y la forma en la que lo usamos en nuestra vida cotidiana. Deberíamos venir con manual de instrucciones, ¿no te parece? Todo apunta a que hemos tardado miles y miles de años en configurarnos de una forma determinada, la cual hemos decidido ignorar porque nuestro entorno ha cambiado de una forma abrupta.

¿Te hemos convencido ya de la importancia de hacer frente al sedentarismo y de que toda pequeña actividad física que puedas hacer en tu día es importante? Esperamos que, al menos, consideres darle unas cuantas vueltas al tema. A nosotros, nos parece de importante reflexión y nos comprometemos a seguir ofreciéndote más contenidos relacionados con la tu salud y bienestar y las de los seres que te rodean.

¡Te esperamos en nuestros próximos blogs!