Cuando queremos mejorar nuestra salud, uno de los propósitos principales que se nos plantean suele ser el hacer ejercicio.
Salir a correr o practicar running puede ser una buena opción para realizar una actividad física sencilla. No obstante, debemos tener en cuenta algunas cuestiones previas antes de lanzarnos a la carrera.
Reconocimiento médico
Correr es muy beneficioso para nuestra salud, ya que ayuda a mantener en forma el corazón, permite quemar calorías e incluso incide en nuestra salud mental, ayudando a limitar el estrés o mejorar la calidad del sueño.
Sin embargo, antes de comenzar a correr o de practicar cualquier actividad física, es recomendable acudir a un profesional médico que nos practique un reconocimiento general.
De esta forma, conoceremos con detalle cuál es nuestro estado físico y nuestra situación interna para saber si nuestro cuerpo está preparado para correr y nuestro estado es óptimo para iniciarnos en un deporte.
Comprar zapatillas deportivas adecuadas
No es necesario gastarte un dineral en tus zapatillas deportivas, pero sí que es necesario acudir a un centro de deporte especializado donde puedan analizar tu tipo de pisada y recomendarte los modelos que mejor se ajustan a ti.
Deben ser cómodas y flexibles, además de asegurarte que se adaptan a cualquier tipo de superficie, para que puedas correr en terrenos y suelos diferentes sin problema.
También es importante que ese calzado lo uses únicamente para esa finalidad, es decir, para correr, ya que se irá adaptando progresivamente a tus pies.
Establecer objetivos realistas
Es muy probable que cuando comiences a correr tu actitud sea muy optimista y te veas dispuesto a correr durante mucho tiempo o quieras hacerlo todos los días.
No puedes dejarte llevar por este ímpetu, ya que podrías acabar agotado o incluso sufrir alguna lesión no deseada.
Debes tener en cuenta que, aunque la actitud positiva es fundamental, también hay que ser realista.
Tenemos que establecer pequeños objetivos y metas alcanzables, que poco a poco podemos ir aumentando. Estos objetivos pueden basarse en la distancia (los kilómetros por recorrer) o en calorías (estableciendo los kilos que queremos perder).
La clave es ser constante y conseguir pequeños avances que nos motiven a continuar.
Conocer las técnicas básicas
En cuanto a la parte técnica, no hace falta ser un experto si te vas a iniciar como principiante, pero sí que debes tener unos mínimos conocimientos en cuanto al modo de correr, los estiramientos y las técnicas de respiración.
Modo de correr
Correr de forma consciente evita adoptar patrones de movimientos incorrectos que puedan producir lesiones.
Es importante tener en cuenta tanto el movimiento de los brazos, que no deben cruzarse por delante de cuerpo, ni mantener los codos muy rígidos, como el de tus piernas.
Lo primero que debe tocar el suelo son las puntas de los pies, nunca los talones, y las rodillas deben estar elevadas. De lo contrario, es decir, si dejas que el peso recaiga sobre los talones, puedes sufrir dolores y lesiones posteriores.
En cuanto a las zancadas, no debes elevar demasiado el pie del suelo, ya que cuanto más lo subas ,mayor será el impacto en tus articulaciones, por lo que debes encontrar la distancia justa que te permita avanzar sin sufrir daño alguno.
También es muy importante tener el cuerpo bien colocado. El diafragma, que se sitúa debajo de los pulmones, es quien bombea el aire. Para que funcione correctamente no puede estar presionado, por lo que debes correr con la espalda recta, sin encorvarla, para dejar libertad de movimiento a esta zona.
La cabeza debemos mantenerla recta, alineada con la columna vertebral, lo que favorece la coordinación.
Con el tiempo dejarás de prestarle atención a todas estas cuestiones, porque a base de práctica te saldrán de manera natural.
Estiramientos
Cuando vas a comenzar a correr, no es necesario hacer estiramientos previos. Es más recomendable calentar con una simple caminata e ir poco a poco aumentando el ritmo, para que el cuerpo se habitúe al movimiento.
Sin embargo, sí que es muy importante realizar estiramientos una vez finalizada la actividad.
El estiramiento después de correr ayuda a prevenir lesiones, gracias a que se estiran las fibras y se deshacen los posibles nudos musculares.
Respiración
Respirar de forma adecuada es indispensable para que nuestro organismo esté bien oxigenado y nuestros músculos rindan correctamente.
Si tu respiración sale de tu pecho, se trata de un modo de respirar muy superficial, en el que el aire permanece un tiempo muy corto en los pulmones, lo que te puede llevar a padecer fatiga o flato.
Por ello, la mejor técnica de respiración para el running es la diafragmática, es decir, aquella que procede del estómago.
Para aplicar este tipo de respiración a tus entrenamientos, debes practicarla antes.
Un modo de aprender es tumbarte en la cama con las manos en el estómago y respirar de forma profunda, sintiendo cómo tu estómago se infla.
Debes exhalar todo el aire que puedas de tus pulmones y notar como tus manos se mueven, así lo estarás haciendo bien.