La motivación impulsa prácticamente todos los aspectos de nuestra existencia. Y es que cada paso que damos, cada decisión que tomamos nace de una motivación. Es, de hecho, una fuerza muy poderosa que guía nuestro día a día y nos empuja a mejorar en nuestra vida. Por este motivo, el espíritu motivador debe existir en toda empresa y ser un ingrediente fundamental a la hora de ejercer el liderazgo. ¿Quién sino el líder para impulsar a los empleados a superarse y a dar lo mejor de sí mismos para llevar la empresa a la excelencia?
Saber motivar es, como decimos, una capacidad indispensable en todo líder. En tiempos del teletrabajo es, de hecho, innegociable. Hemos remarcado en múltiples ocasiones desde FlexiSpot las ventajas del trabajo en remoto, pero para ser justos hemos de considerar también sus puntos débiles. La sensación de aislamiento o de no estar integrado al 100 % puede mejorar notablemente con la motivación adecuada, de ahí que el importante papel del líder. Veamos las principales razones por las que el liderazgo debe ser motivador.
1. Con motivación, el equipo es más sólido y fuerte
No nos cansaremos de repetir que un equipo más motivado está más cohesionado y con ganas de hacer cosas por la empresa. Por este motivo, si el líder consigue motivar a los empleados, el resultado será un equipo imparable y capaz de todo. Sin la motivación suficiente, va a resultar más complicado que los trabajadores remen al unísono.
2. La motivación y comunicación, de la mano
La motivación es el motor que nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos. Pero, eso sí, esta no es suficiente si no se sabe trasladar bien al equipo este sentir. Debido a ello, la motivación y la comunicación deben ir de la mano. No cabe duda de que un líder motivador siempre va a ser un excelente comunicador.
3. La motivación favorece el optimismo
Estar motivado es tener un porqué para hacer algo, conocer que ese es el camino para alcanzar el éxito. Si estamos inspirados irremediablemente estaremos más optimistas, pues tendremos la certeza de que cada paso que estamos dando nos está acercando al objetivo. El optimismo, al fin y al cabo, es un reflejo del bienestar personal y felicidad, estadios a los que cualquier persona aspira.
4. La motivación se traduce en satisfacción personal
Un buen líder no solo debe animar a los empleados a que cumplan con sus obligaciones laborales en beneficio de la empresa, sino que debe ser capaz de instalarles la idea de que haciéndolo se traducirá en una satisfacción personal. No en vano, un trabajador que tiene una fuerte convicción y que se siente bien interiormente con lo que hace se convertirá en el activo más valioso posible de la empresa.
5. La motivación estrecha lazos
El trabajo de un buen líder motivador no acaba cuando el mensaje se ha recibido. Este no solo debe llegar al destinatario, sino ser interiorizado. Para ello, al motivar, el líder debe preocuparse de generar sinergias con su equipo. Es importante que este procure ahondar un poco más en la vida del empleado más allá de sus obligaciones en el trabajo. No en vano, una relación satisfactoria, a cualquier nivel, es la mejor motivación posible para seguir adelante.
6. Elogiar y motivar
El liderazgo motivador debe saber reconocer cuando se han hecho las cosas bien. Y es que la motivación no puede entenderse sin el aplauso merecido. Es, sin duda, un impulso para continuar en esa línea. Los líderes de equipo tienden a subrayar y poner más énfasis cuando se comete un error que cuando se acierta, una tendencia que debería ser cambiada. La alabanza es, sin duda, una inyección de energía para seguir por ese camino.
7. No abandonar la retroalimentación
En la misma línea, la retroalimentación es fundamental para estar motivado. Eso sí, en este punto entran los dos escenarios, es decir, proporcionar un feedback positivo, pero también negativo. No en vano, un empleado que está siendo retroalimentado será más proclive a hacer su trabajo bien. Las correcciones no tienen por qué ser malas, siempre y cuando se hagan con tacto y, a poder ser, en privado. Es más, son precisamente las correcciones las que nos hacen ser mucho mejores.
8. Para crear un entorno laboral saludable
Vamos a darte una última razón por la que un buen líder debe ser motivador. Y es que cuando la motivación es la base sobre la que construir un entorno laboral saludable. Ejercer un liderazgo apropiado será sinónimo de empleados más motivados, felices y vitales. En un escenario así, por supuesto, el estrés hará una menor aparición. Como sabes, desde FlexiSpot no nos cansamos de defender los espacios de trabajo saludables.