El auge del teletrabajo ha traído ciertas malas prácticas asociadas. Cuando trabajábamos de manera presencial, sabíamos que apagábamos el ordenador y salíamos por la puerta de la oficina y, entonces, ya acababa nuestra jornada laboral. Al trabajar desde casa, nos cuesta mucho saber cuándo es hora de levantarnos de nuestra silla de escritorio y despedirnos del correo electrónico, las tareas pendientes, etc., hasta el día siguiente. Es más, sin darnos cuenta, leemos emails o enviamos audios de temática laboral en nuestro tiempo libre. ¿Es esto ser más eficiente? Lo cierto es que no. Tiene un nombre y se llama hiperconexión.
Este concepto no es inventado. Es más, de acuerdo con ciertas estadísticas, el 75 % de las personas que trabajan en remoto está en riesgo de sufrir hiperconexión laboral. ¿Qué es exactamente estar hiperconectado? Seguro que te reconoces en algunas o todas las situaciones siguientes:
- Recibes correos electrónicos en tu tiempo de ocio y los lees.
- Es más, incluso te tomas la molestia de responder.
- En tu teléfono móvil hay una oleada de notificaciones de mensajes relacionados con el trabajo.
- Intercambias audios con tus compañeros sobre el trabajo fuera de tu jornada laboral.
- Enciendes el ordenador en tu tiempo libre para revisar una tarea pendiente.
- Atiendes llamadas del trabajo fuera del horario laboral.
¿Te sientes reflejado en alguna de estas situaciones? Entonces, muy posiblemente estés dentro de ese porcentaje que maneja la Federación de Servicios de Prevención Ajenos (ASPA). Esta hiperconexión aparece ligada al teletrabajo y, por supuesto, al creciente uso de las TIC en el ámbito laboral. En este sentido, en ocasiones, nos resulta muy difícil separar parcelas debido a que lo tenemos centralizado todo en el teléfono móvil.
Sin embargo, responder correos electrónicos o estar pendientes de asuntos laborales en nuestro tiempo de ocio no es sinónimo de eficiencia, sino de esta tendencia llamada hiperconexión que, por supuesto, tiene riesgos para la salud.
Los riesgos de la hiperconexión laboral
La hiperconexión laboral es perjudicial para la salud del trabajador y su bienestar. Son muchas las razones que podrían llevarnos a adoptar este mal hábito de estar en permanente conexión. Por ejemplo, la precariedad laboral o el miedo a perder nuestro actual empleo. En ocasiones, incluso, puede deberse a la adicción al trabajo. No obstante, como decimos, hay consecuencias palpables.
Por ejemplo, la hiperconexión laboral puede desembocar en unos mayores niveles de estrés y ansiedad al sentir que tenemos que estar siempre pendientes del trabajo por lo que pueda pasar. Esta imposibilidad de desconexión, por supuesto, nos llevará a no disfrutar de nuestro tiempo de ocio y de nuestros seres queridos. Pero también puede traducirse en una adicción a la tecnología que va más allá de nuestro ocio y tiempo libre. Por supuesto, el estar pegado a una pantalla más tiempo del debido (ya sea del teléfono o del ordenador) puede causar fatiga visual e, incluso, dolores musculares causados por malas posturas. El aislamiento es otro de los riesgos de la hiperconexión laboral que suele confundirse con eficiencia y, como observamos, no tiene nada que ver.
4 consejos para disfrutar del derecho a la desconexión
En este contexto, aparece el concepto del derecho a la desconexión del trabajador. Y es que efectivamente todo empleado merece un tiempo para él mismo, para su ocio y disfrute. A continuación, te ofrecemos algunos tips para abrazar este derecho a la desconexión.
1. Acotar las jornadas laborales
Aunque suene a obviedad, es imprescindible saber separar esferas, grabarse a fuego que a partir de ahora empieza el tiempo de descanso y se acabó consultar o revisar todo aquello que pertenezca al ámbito laboral. Esto puede aplicar incluso a los grupos de Whatsapp de compañeros de trabajo.
2. Silenciar los emails o llamadas
Si tienes un teléfono móvil para el trabajo, estupendo, pues es tan fácil como ponerlo en silencio o apagarlo directamente. En el caso de que en tu propio smartphone tengas tanto tu correo electrónico personal como el del trabajo, entonces, necesitarás programar de alguna manera la recepción de correos electrónicos para que no interrumpan tu tiempo libre.
3. No te compares con otros
A veces caemos en la tentación de compararnos con otros, de sentir que lo hacemos mejor que ellos porque siempre estamos al pie del cañón. Este no es un indicador de que estamos avanzando, sino que puede traer más riesgos asociados que beneficios.
4. Fórmate en gestión del tiempo
La adecuada gestión del tiempo es fundamental en los tiempos que corren. Puedes formarte por tu cuenta en este asunto o bien estar pendiente de las posibles formaciones o cursos que imparta tu empresa.
Desde FlexiSpot reivindicamos los espacios de trabajo saludables. Por este motivo, contamos con un repertorio de muebles de oficina, desde sillas ergonómicas hasta escritorios elevables, para afrontar tu jornada laboral con éxito.