La jardinería orgánica hace referencia al cuidado de la tierra con el objetivo de cultivar tanto hortalizas, como legumbres, plantas medicinales o árboles frutales, de una forma natural, sin el uso de procesos que alteren el transcurso natural ni de las frutas ni de los vegetales.
Algunas de las características de este tipo de huertos orgánicos son:
Sólo se cultivan las frutas y verduras que se encuentren en su época correcta, es decir, lo que se denomina fruta y verdura de temporada. Es habitual que, cuando acudes a comprar a un supermercado, da igual que estés en verano o en invierno, o en cualquier estación, que sueles encontrar siempre tus frutas favoritas. Para que esto sea posible, se cultivan en malas condiciones y con productos tóxicos que aceleran su crecimiento. Por ello, si practicas la jardinería orgánica, deberás ocuparte de cultivar solo aquello que crezca en cada momento, sin forzar su crecimiento por medios no naturales.
Al hilo del anterior párrafo, en un jardín de hierbas orgánicas no se debe utilizar ningún tipo de agroquímico. Así, tanto las frutas como las verduras tendrán un sabor especial y real, y crecerán a su ritmo natural, ya que no necesitas productos a gran escala, como hacen las grandes productoras hortofrutícolas para la venta a grandes cadenas industriales.
Igualmente, tampoco se utilizan fertilizantes químicos. Algunos fertilizantes naturales que puedes usar para abonar la tierra son el estiércol o la tierra de hoja.
Por último, en relación a la posible aparición de plagas de bichos o parásitos, en un jardín orgánico no se utilizan pesticidas. Una forma natural de apartar esos bichos de tu huerto orgánico es cultivar plantas con flores llamativas o de fuertes olores, que atraigan a los bichos y los disuadan de acercarse al resto de hierbas.
Una de las formas para comenzar a crear nuestro propio huerto y jardín de hierbas orgánicas es seleccionar aquellas que cocinemos con más frecuencia. Algunas de ellas pueden ser albahaca, romero, tomillo u orégano.
Comenzar a crear tu propio jardín puede ser una experiencia bastante entretenida, gratificante cuando consigas que crezcan tus primeras hierbas, y también muy práctico cuando puedas darles uso en tu cocina a tus propios productos de jardín.
Puede que empezar de cero esta tarea pueda parecer un poco desalentador, pero solo hay que tener planificación y constancia. También puede ser una oportunidad para que toda la familia aprenda sobre la responsabilidad y el cuidado de la naturaleza.
Crear un jardín de hierbas es una tarea en el fondo sencilla, y no necesitas grandes elementos, solo tierra, buena luz solar y las semillas adecuadas.
Estas semillas, además de las indicadas para cocinar, también pueden ser aquellas que contribuyen al cuidado de tu salud, como, por ejemplo, cilantro, menta, canela, y jengibre.
Para que no te pierdas en este proceso, te dejamos esta guía sencilla con los primeros pasos para diseñar tu jardín de hierbas.
El primer paso es analizar qué tipo de plantas, árboles y arbustos puedes tener, según tu presupuesto, tu espacio, tu tiempo y tus capacidades para mantener el lugar y las necesidades de dichas plantas. Lo ideal para cumplir con presteza este primer paso es elaborar un plano de tu jardín, tomar medidas en el mismo e informarte sobre las características de las plantas que deseas, así como averiguar si encajan en tu clima.
Puede ser interesante, si dispones de terreno suficiente, dividir la parcela en zonas, para que tu trabajo sea mucho más organizado.
El segundo paso es diseñar el trabajo necesario para que tu jardín esté preparado. Deberás organizar, por tanto, las tareas a realizar, como pueden ser: eliminar piedras y malas hierbas, alisar y limpiar el terreno, añadir tierra nueva y nivelar el lugar.
El siguiente trabajo es realizar los hoyos necesarios para plantar tus semillas. Si vas a disponer de árboles o arbustos grandes, puede que necesites ayuda de profesionales, que realicen las zanjas y la mezcla de la tierra extraída con el abono suficiente para que crezcan bien, por lo que tendrás que diseñar los trabajos a realizar y contratar a las personas adecuadas, en caso de no ser capaz por ti mismo, para que realicen una buena labor de plantación. Más vale invertir en los inicios de tu jardín y que éste tenga buenas condiciones y luego lo puedas mantener sin dificultades.
Podemos concluir con el diseño del jardín con el último paso, que sería finalizar con los elementos decorativos. Una de las formas más económicas de acabar nuestro jardín es cubrir las zonas libres con rollos de césped, que se colocan de una forma sencilla. Si nuestro presupuesto económico es amplio, podemos encargar la construcción de una fuente, un muro de piedra o incluso, si tenemos espacio, colocar unas tumbonas de madera, que le darán un toque rústico y elegante a nuestro jardín de hierbas.