Cada época del año tiene sus características climatológicas y estas afectan a nuestra piel, por lo que es necesario cuidarla a diario para gozar de buena salud y de un buen aspecto. En los meses de verano los problemas de piel más frecuentes, sobre todo por el calor y la sudoración, son que ésta se puede volver seca o áspera y descamarse.
Además es importante tener en cuenta que la piel dispone de memoria y que las imprudencias que cometemos con respecto a ella nos repercutirán en nuestra salud futura.
Compartimos una serie de consejos para el cuidado de la piel en la época veraniega.
Hidratación
Uno de los aspectos fundamentales para nuestra salud en verano es la hidratación.
La piel se debe hidratar tanto de forma externa como interna.
Para la hidratación externa, debemos ducharnos con frecuencia y aplicar cada vez que lo hagamos una crema hidratante, especialmente en las zonas secas como codos, rodillas y talones. Asimismo, es recomendable utilizar una crema específica para el rostro. La limpieza diaria debe realizarse con productos que contengan una fórmula suave, que elimine la suciedad sin alterar el PH y el manto ácido de la piel.
Otro cuidado externo recomendable para nuestra piel es realizar una exfoliación completa para eliminar las células muertas.
Con respecto a la hidratación interna, debemos consumir una gran cantidad de líquidos. Además, de agua, podemos tomar infusiones frías, horchatas o zumos de frutas naturales.
Los niños y las personas mayores tienen que tener especial cuidado con la ingesta de líquidos, puesto que son los más vulnerables a la deshidratación.
Protección solar
Los rayos de sol son nocivos para nuestra piel, ya que inciden directamente sobre ella. En verano es necesario evitar, todo lo que nos sea posible, la exposición solar durante las horas centrales del día (de 12 a 16 horas).
Además de evitar salir en esta franja horaria, debemos utilizar un protector solar de amplio espectro, que nos proteja de las radiaciones UVA, que es la que incide en la primera capa de nuestra dermis, y de la radiación UVB, que penetra en el resto de capas de nuestra piel. Si vas a estar expuesto de forma directa al sol durante más de una hora, es necesario llevar encima una crema facial con alto factor de protección para echarte a menudo.
Alimentación
Una buena alimentación, siguiendo una dieta equilibrada y saludable, es muy importante para nuestra salud, pero también para nuestra piel.
Las dietas variadas, ricas en nutrientes, vitaminas y oligoelementos previenen diferentes enfermedades dermatológicas como la dermatitis atópica, el envejecimiento prematuro de las células y el acné.
En verano es recomendable consumir muchas frutas, sobre todo las cítricas, que son ricas en vitamina C y carotenos, sobre todo naranjas, piñas y kiwis. También son saludables las ensaladas y las verduras, que son alimentos ricos en antioxidantes y el pescado azul, rico en ácidos grasos Omega 3.
Otras vitaminas las encontramos en la leche y huevos (vitamina A), almendras, nueces y melocotones (vitamina B) y frutos secos (vitamina E).
Además, estos alimentos ayudan a conseguir un bronceado natural y sano. Hay que evitar platos pesados, consumir demasiada carne y las raciones muy copiosas, para facilitar la digestión.
Vestuario en verano
La ropa veraniega debe ser cómoda, ligera y que esté fabricada con materiales naturales y transpirables. Por ejemplo, la ropa hecha de fibra natural de algodón y la de colores claros favorece la circulación del aire y rechaza la radiación solar. Debemos tener en cuenta que las zonas descubiertas son las primeras en quemarse, por lo que no se trata de eliminar todas las prendas, sino de que estas sean frescas. Para proteger tu cabeza de los rayos del sol puedes utilizar sombreros de hilo o de paja.
Igualmente puedes utilizar gafas para proteger tus ojos del impacto directo del sol. Es importante que estas sean de calidad y homologadas, con cristales que sean capaces de filtrar los rayos de sol.
Evitar el uso de perfume
Utilizar perfume puede ser una mala idea en verano, ya que con la exposición al sol y el sudor te pueden aparecer manchas en la piel o provocar reacciones alérgicas. Si no quieres tener problemas de mal olor, puedes sustituirlo por agua fresca de colonia perfumada, que es mucho más suave para la piel.
El maquillaje sí se puede utilizar, aunque se debe aplicar antes un protector solar o sustituirlo por un fotoprotector con color.
Tampoco debemos olvidar la protección de nuestros labios, que es una zona muy sensible. Debemos aplicar productos específicos para su cuidado, como los cacaos con protección, además de usar reparadores para hidratarlos.
Vigilar la aparición de lunares y manchas
El verano es una época en la que debemos poner especial atención ante la aparición de nuevas manchas o lunares. Si vemos que alguno de ellos tiene mal aspecto, sangra o nos pica, debemos consultar con un dermatólogo.