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Cómo prevenir el envejecimiento cerebral

03 agosto, 2022

El envejecimiento es el conjunto de cambios que nos suceden según cumplimos años y avanza nuestra edad. En este proceso, todas nuestras capacidades poco a poco van disminuyendo, tanto las fisiológicas, como las motoras y las cognitivas.

Al igual que el resto de nuestro cuerpo, el cerebro es un órgano que va envejeciendo con el paso del tiempo. El cerebro es el encargado de que todas las funciones de nuestro cuerpo actúen de forma correcta, por lo que, si alguna parte de éste falla, podemos tener dificultades para realizar tareas cotidianas.

Aunque el paso del tiempo y el envejecimiento son inevitables, sí que podemos retrasar dicho envejecimiento con algunas acciones. Así podemos evitar que nos afecte de una forma demasiado prematura. Es decir, si tomamos en cuenta una serie de hábitos y los introducimos en nuestra rutina, podemos aumentar las probabilidades de que nuestro cerebro tarde más en envejecer y en que nuestras habilidades se vean afectadas.

Debemos tener en cuenta que los hábitos y acciones que vamos a recomendar no pueden evitar de forma definitiva este envejecimiento, pero sí prevenir que aparezca a una edad demasiado temprana y ayudar a que se retrase lo máximo posible. Para que esto funcione, debemos tener en mente a diario la importancia de cuidar todo nuestro cuerpo, incluido el cerebro.

Algunas de las mejores formas de retrasar el envejecimiento cerebral son las que mencionamos a continuación.

Entrenamiento cerebral

Uno de los métodos indispensables para que nuestra mente se encuentre activa es mediante el entrenamiento de la misma. Algunos de los deterioros principales de la mente son la pérdida de memoria y la sensación de desorientación.

Estos síntomas se pueden combatir con actividades que estimulen nuestra mente, que requieran concentración y mantengan activas las sinapsis químicas que permiten el funcionamiento de nuestro organismo. 

Algunas de estas actividades pueden ser leer, estudiar y practicar juegos de memoria, lógica o lenguaje. Debemos tener en cuenta que estas actividades se realizan durante toda nuestra vida, es decir, que nuestra vida mental debe ser activa siempre, y cualquier momento es bueno para iniciar un curso, leer o estudiar, ya que así podemos incluso, gracias al esfuerzo mental, ralentizar los síntomas de enfermedades que afectan a la corteza cerebral, tales como el Alzheimer y la demencia.

Buena alimentación

Tener una buena alimentación es indispensable para que nuestro cerebro funcione mejor. Para ello debemos seguir una dieta equilibrada que nos proporcione todos los nutrientes necesarios, como, por ejemplo, la mediterránea, ya que está comprobado que reduce el riesgo de padecer fallos cognitivos.

Esta dieta principalmente se caracteriza por un bajo consumo de carnes y lácteos, una cantidad moderada de vino y aceite de oliva y una alta ingesta de verduras, legumbres, frutas, cereales y pescado.

Además, la restricción calórica o limitación de las calorías que ingerimos puede ayudar a retrasar el envejecimiento.

 

Sueño de calidad

Cuando dormimos, todo nuestro organismo vive un proceso reparador. En relación con el cerebro, el espacio que existe entre nuestras neuronas aumenta, facilitando su limpieza y buen funcionamiento. Está demostrado que descansar correctamente influye en nuestras funciones cerebrales, y ayuda a eliminar las toxinas del cerebro acumuladas durante el día, por lo que, si nuestro sueño es de calidad, nuestro envejecimiento será más saludable.

Practicar ejercicio

Practicar ejercicio de forma regular también es una clave para disminuir los efectos del envejecimiento prematuro. El entrenamiento físico con una intensidad moderada ralentiza la disminución del volumen del cerebro y mejora su funcionamiento. Concretamente, el ejercicio aeróbico mejora la función cognitiva, no sólo durante el envejecimiento sino también en personas que sufren enfermedades neurodegenerativas.

No hay que pensar que es necesario acudir a un gimnasio o realizar una gran actividad física. Simplemente con media hora de ejercicio físico al día basta para que se active nuestro cuerpo.

En la tercera edad es muy beneficioso mantener esta actividad para evitar el sedentarismo. Esto se consigue caminando, actividad que hace que la sangre de las piernas fluya mejor, favoreciendo la circulación y evitando la aparición de trombos o la pérdida de movilidad y autonomía.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que el consumo de sustancias nocivas para la salud también aumenta el riesgo de sufrir fallos cognitivos.

En este sentido, debemos evitar el consumo de tabaco, que acelera el envejecimiento, y la ingesta abundante de alcohol.

La única bebida alcohólica recomendable, por supuesto siempre con moderación, es el vino, puesto que tiene un alto contenido en polifenoles, que tienen acción antiinflamatoria y antioxidante y puede ser beneficioso para mantener una buena salud mental.

En resumen, podemos concluir que las claves para que nuestro cerebro se mantenga lo más sano posible son similares al cuidado del resto del cuerpo, es decir, dormir bien, practicar ejercicio y tener una dieta sana, además de entrenar nuestra mente.