¡Ya es primavera! Para muchos es su estación del año favorita, pues es la temporada en la que poco a poco abandonamos el frío, sale el sol con más frecuencia y la naturaleza luce en pleno apogeo. Es una estación que anima a hacer planes al aire libre. Precisamente esas ganas de salir chocan con esa desgana para ir a trabajar. En ocasiones, incluso nos levantamos cansados y con poco entusiasmo para afrontar nuestras obligaciones. ¿Te sientes identificado? Quizás estés sufriendo astenia primaveral. Te contamos qué es la astenia primaveral, cómo puede afectar a tu trabajo y cómo minimizar sus efectos.
Qué es la astenia primaveral
La astenia primaveral es un trastorno adaptativo a la nueva estación del año y a todo lo que ella implica: cambio de hora, más horas de luz, aumento de las temperaturas y aumento de la presión atmosférica. Este trastorno afecta al 50 % de los españoles y está asociado a una serie de síntomas: problemas para conciliar el sueño y, por consiguiente, somnolencia durante el día, fatiga, etc.
La astenia primaveral suele aparecer en los meses de marzo y abril, coincidiendo con el estreno de la nueva temporada y, por fortuna, va desapareciendo progresivamente. Sin embargo, mientras dura puede hacerse cuesta arriba y colarse en todos los ámbitos de nuestra existencia.
De qué manera afecta la astenia primaveral a nuestro trabajo
No solo el cansancio y la sensación de fatiga nos alertan de que quizás estemos padeciendo este trastorno, sino también porque notamos que nuestra productividad en el trabajo no es la misma. Efectivamente, la astenia primaveral puede afectar a nuestro desempeño en la oficina.
No en vano, la fatiga, la somnolencia diurna, los cambios de humor, la apatía o la irritabilidad son síntomas que entran en el lote. La astenia primaveral puede hacer que estemos más irascibles en el trabajo, nos irritemos con facilidad con nuestros compañeros, nuestra motivación no sea la misma o tengamos dificultades para concentrarnos.
Es más, sí ya de por sí tienes tendencia a sufrir episodios de estrés o ansiedad, es posible que con la llegada de la primavera estos cuadros se acentúen. Por lo que vemos, ya no parece tan feliz entrar en esta nueva estación del año, ¿no?
La buena noticia es que hay ciertas rutinas que puedes adoptar para atenuar los efectos de la astenia primaveral de las que te hablamos a continuación.
Qué hacer para minimizar los síntomas de la astenia primaveral
Si últimamente notas alguno de los síntomas descritos, es muy posible que tengas este trastorno. No te preocupes porque en la mayoría de los casos los efectos no duran más de dos semanas, es decir, hasta que el cuerpo se acostumbre a las nuevas rutinas. Si no te apetece esperar a que desaparezcan los síntomas por completo, puedes hacer varias cosas.
1. Toma suplementos de vitaminas y minerales
Una de las opciones a tu disposición para mitigar la astenia primaveral es incluir la ingesta de suplementos de vitaminas y minerales en tu día a día. Asegúrate de que contengan vitaminas como la A, B, C y E, así como también minerales como el selenio, el zinc o el calcio.
2. Realiza ejercicio diario
Con la llegada de la primavera, no abandones los buenos hábitos adquiridos y continúa practicando deporte. Esto te ayudará a conciliar el sueño.
3. Modifica tu alimentación
Con el buen tiempo, es saludable que adaptes tu alimentación. Es el momento de incorporar en mayor medida (si no lo estabas haciendo ya) las frutas y verduras a tu dieta.
4. Bebe mucha agua
También es fundamental que bebas mucha agua, un hábito que debes mantener todo el año pero especialmente con el aumento de las temperaturas.
Qué hacer si la astenia primaveral no desaparece
Puede ocurrir que hayas tomado las medidas oportunas, pero la astenia primaveral se prolongue más de lo normal. Entonces, lo más recomendable es que acudas a un profesional especializado que te ayude a identificar el porqué de esta situación. Es más, si en tu empresa disponen de un programa de atención psicológica al empleado o similar, no estaría mal que lo usases.
En el caso más extremo, incluso es posible solicitar la baja laboral si, por ejemplo, los síntomas de la astenia primaveral están durando más de la cuenta. El médico de cabecera podría recomendarte la baja laboral si este estado está afectando a tu rendimiento. Además, te ayudará a descartar la existencia de otras patologías.
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