Para que una rutina laboral sea efectiva, lo principal es sentirse motivado para afrontar el día a día, ya que de lo contrario puede ser muy duro afrontar todas las jornadas que incluye una semana de trabajo.
Para acabar con la desmotivación laboral es necesario que los empleados sean útiles y productivos, pero sin dejar de lado sus necesidades personales.
Aunque la mentalidad empresarial aún tiene mucho trabajo por hacer y se necesita tomar más conciencia de la importancia del factor humano, reestructurar nuestra rutina puede ser muy positivo para optimizar nuestro rendimiento.
Para entender cómo se construye una rutina laboral efectiva, debemos tener en cuenta que la rutina no se refiere sólo al hecho de la actividad que se practica, es decir, no podemos pensar solo en las ocho horas que pasamos trabajando, sino en organizar todo nuestro día en base a cumplir pequeña metas y objetivos.
Los hábitos imprescindibles para que nuestra rutina sea efectiva son:
Alimentación
No podemos ser productivos en nuestro trabajo si no tenemos cubiertas nuestras necesidades más primarias, y una de ellas es la alimentación.
Para que nuestro cuerpo trabaje con energía, es necesario desayunar antes de ir al trabajo. Durante el resto del día, también debemos cuidar los alimentos que consumimos. Lo ideal para acabar con los antojos que tengamos a lo largo de nuestra jornada laboral es tener siempre a mano alimentos saludables, como frutos secos o frutas frescas.
También es importante beber agua de forma constante, especialmente en épocas más calurosas.
Descanso
Otra necesidad básica que debemos cubrir para que nuestro rendimiento sea adecuado es el descanso, ya que de lo contrario ni nuestro cuerpo ni nuestro cerebro funcionarán correctamente.
Por la noche es necesario dormir entre siete y ocho horas.
También es necesario realizar breves descansos durante la jornada laboral, para evitar que el cerebro colapse y para retomar las tareas con mayor energía una vez hemos cogido fuerzas.
Por último, en relación a este apartado, debemos realizar en nuestro tiempo libre actividades que nos motiven y nos ayuden a desconectar, para que sea más fácil sobrellevar la rutina laboral.
Practicar ejercicio
Una manera de que nuestra rutina laboral sea más sana es practicar ejercicio. Además de los beneficios físicos que obtenemos, como perder kilos extra, tonificar nuestros músculos y mejorar el aspecto de nuestra piel, practicar ejercicio nos ayuda a desconectar del trabajo y sobrellevar mejor nuestra rutina, consiguiendo ser más eficiente.
Al principio nos puede costar encontrarle un hueco a este hábito, pero es suficiente con 20 o 30 minutos al día para sentirnos más felices, realizados y enérgicos.
Organización
Una vez establecido cómo vamos a cubrir nuestras necesidades básicas, como alimento, ejercicio y descanso, es imprescindible organizar nuestro tiempo para ser productivo.
Nuestro mejor aliado para esto es una agenda. En ella debemos establecer unas metas diarias a alcanzar, organizándose por tareas. Lo más sencillo para cumplir con ella es revisar cada noche nuestros objetivos para el día siguiente.
Lo más importante es priorizar las tareas, teniendo en cuenta aquellas que son obligatorias y aquellas que podemos dejar para otro momento, teniendo en cuenta los posibles imprevistos que nos puedan surgir.
Una vez que tengamos claras todas nuestras tareas, tendremos que establecer un horario, estableciendo un tiempo para cada una de ellas. Dedicarle a cada una un tiempo concreto nos ayuda a centrarnos en un trabajo o tarea determinada, lo que favorece la eficiencia.
Aprender a delegar
Una vez que tenemos claro el apartado anterior y hemos aprendido a priorizar las tareas más urgentes, debemos de tener en cuenta que no siempre tenemos el tiempo suficiente para llegar a todo. Además, si trabajamos en equipo o tenemos empleados a nuestro cargo, es necesario aprender a delegar.
Delegar no significa que las tareas que no tengamos tiempo de realizar o nos resulten más pesadas o aburridas se las encargamos a otro, sino que se trata de distribuir las tareas de un modo coherente, bien sea asignando cada una de ellas a quien más experiencia tenga en ese ámbito o asignar trámites específicos a profesionales de esa materia.
Debemos entender la compatibilidad de cada empleado o compañero con una tarea y con sus habilidades. De este modo, nuestra rutina laboral será mucho más efectiva.
Utilizar la automatización
La automatización es una de las grandes ventajas de la transformación digital. Consiste en implementar por medio de herramientas tecnológicas la gestión de diferentes procesos de forma automática. Esto quiere decir que hay algunos tipos de tareas repetitivas que se pueden hacer a través de alguna aplicación, por ejemplo, el envío automatizado de correos electrónicos, lo que nos da la oportunidad de centrar nuestro tiempo en otras actividades.
La automatización funciona mediante una serie de algoritmos flexibles que utilizan unos modelos concretos predefinidos con anterioridad. Necesitaremos que un experto nos enseñe a programar las instrucciones para cada tarea y, una vez comprendamos su funcionamiento, podremos aplicarlo como mejor nos favorezca, dependiendo de nuestro sector laboral.