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¿Cómo afecta a nuestra salud mental dormir mal?

26 octubre, 2022

Descansar bien es fundamental tanto para nuestra salud física como para nuestra salud mental, ya que el déficit de horas de sueño genera muchísimos desajustes, puesto que nuestro cuerpo no está diseñado para estar en un constante estado de vigilia, sino que necesita dormir para funcionar correctamente.

Por este motivo, si de forma continuada dormimos mal, no tardaremos en sentir sus consecuencias, que influirán de forma negativa en la forma de gestionar los retos y las actividades diarias.

El sueño es una necesidad biológica y actúa como neuroprotector para el organismo, puesto que durante el tiempo en el que dormimos se dan múltiples procesos neurológicos que reparan por así decirlo al organismo. Cuando no hay calidad de sueño se da un aumento de las hormonas del estrés, entre ellas el cortisol, y también alteraciones en las hormonas ligadas al bienestar, entre ellas la serotonina.

Pese a que todo el mundo es consciente de que necesitamos dormir, no son pocas las personas que no cuidan lo suficiente su sueño, ya sea de forma inconsciente o haciendo noches secas o yéndose a dormir a horas inadecuadas, aun sabiendo que corren el riesgo de no dormir lo suficiente y por lo tanto no descansar bien. Igualmente, cabe decir que son muchos los factores que condicionan nuestro descanso, haciendo que bien podamos pasar por una mala etapa y no descansar adecuadamente.

Es importante hacer un esfuerzo para que nuestro sueño sea óptimo, invirtiendo en un descanso de calidad. Aunque, por supuesto, tenemos que cuidar y poner en manos de profesionales nuestros problemas de salud, tanto físicos como mentales, sí que podemos ayudar a dormir mejor si creamos tanto una atmósfera tranquila como adquiriendo los elementos necesarios, como puede ser una cama eléctrica, que permite regular la posición para dormir y ayuda a evitar muchos dolores corporales, como de espalda, cuello y lumbares, entre otros beneficios.

Al hilo de lo dicho con respecto a nuestra salud mental y cómo el sueño afecta a la misma, compartimos las principales consecuencias derivadas de la falta de sueño.

Inestabilidad emocional

Aunque no dormir bien una noche no implica serios problemas para el día siguiente, si se alarga está situación puede provocar una inestabilidad emocional. Esto hará que disminuya la calidad y satisfacción con la vida de la persona afectada, dañando a sus diversas áreas, como los estudios, el trabajo y las relaciones sociales con su entorno. Estas relaciones se ven afectadas por dicha falta de sueño, ya que la inestabilidad implica alteraciones graves de humor e incluso de comportamiento.

Tener bajo ánimo

No dormir bien trae como consecuencia una bajada de ánimo, al sentir cansancio. Además, la alteración del estado de ánimo por falta de sueño también trae consigo una mayor irritabilidad.

A esto se une la sensación de frustración, ya que no somos capaces de rendir con nuestras tareas, y, o bien tardamos mucho más en hacerlas, o las ejecutamos mal.

Falta de concentración y de toma de decisiones

La falta de sueño también reduce nuestra agilidad mental, lo que impide que podamos concentrarnos y pensar con claridad.

Al no poder concentrarnos, no podemos reflexionar adecuadamente, por lo que se ve mermada nuestra capacidad de tomar decisiones. Esto nos puede llevar a cometer errores graves en cualquier ámbito de nuestra vida.

Tendencia al conflicto

La falta de sueño nos lleva a un estado de fatiga física y emocional que hace que, ante cualquier situación complicada, nos veamos desbordados y no tengamos capacidad de reaccionar de forma adecuada. Por ello, al tener, como decíamos en el apartado anterior, una baja tolerancia a la frustración, es habitual que nos surjan actitudes hostiles o explosiones de ira injustificadas, que no sufriríamos descansado bien.

Posibilidad de desarrollar estados depresivos

Si la falta de sueño se repite a medio o largo plazo, nos pueden surgir síntomas que se vinculan a los estados depresivos, que se pueden notar en una gran falta de motivación o de iniciativa, apatía, tristeza o ansiedad.

Esto a su vez, puede ser bastante peligroso, ya que puede conducirnos a malos hábitos que agraven nuestros problemas. Por ejemplo, es común que las personas que sufren desajustes emocionales por ansiedad sean más vulnerables a sufrir una adicción, ya que éstas son formas rápidas de solucionar un malestar, tales como el consumo de drogas estimulantes.

Por último, debemos tener en cuenta que si la falta de sueño se prolonga a largo plazo podemos tener consecuencias aún más graves, tales como un trastorno depresivo mayor u otros problemas como infartos de miocardio o hipertensión.

En nuestra vida diaria, podemos relacionar la falta de sueño con una mayor falta de productividad en nuestro trabajo, con la posibilidad de perder nuestro empleo, una menor calidad de vida y los consecuentes problemas económicos.

En definitiva, si tenemos problemas para dormir debemos luchar por identificar la causa y encontrar una solución que nos permita descansar bien y rendir en nuestro día a día con buena salud.