El trabajo y la vida privada son las partes principales de nuestra vida donde más se utiliza el tiempo. Comemos, dormimos, trabajamos y jugamos. Eso es casi todo. Para la mayoría de nosotros, equilibrar todo esto puede ser fácil o difícil de encontrar. A veces tenemos la impresión de ser dos personas diferentes, de llevar una doble vida. Está el "yo en el trabajo" y el "yo en casa" que todos tenemos. Mientras que uno es más profesional y centrado, el otro es más tranquilo y relajado.
La pregunta más importante que todos tendemos a hacernos es si existe una manera perfecta de reconciliar los dos. No queremos que nuestra vida profesional interfiera con nuestra privacidad y viceversa. Algunas personas dan la impresión de que es fácil, que pueden cambiar entre ellos como si fuera una segunda naturaleza, sin siquiera pensar en ello. Otros tienden a tener que volver a concentrarse antes de ir a trabajar y recordar cuándo relajarse después de llegar a casa.
Crear el equilibrio perfecto entre el trabajo y la vida no debería requerir que pienses, planifiques o incluso hagas un esfuerzo excesivo. Esta debería ser una transición que suceda naturalmente, como quedarse dormido o respirar. No se presione más para encontrar el equilibrio perfecto entre el trabajo y la vida, ya que el estrés adicional probablemente no lo ayudará. El objetivo es encontrar la manera de encontrar ese equilibrio perfecto que funcione para usted.
Por supuesto, evite comparar las tácticas de otros para lograr esto, ya que esta nunca es una situación única para todos. La mayoría de las personas pasan meses perfeccionando el camino correcto para el equilibrio entre el trabajo y la vida, pero la mayoría diría que comienza con encontrar un buen trampolín y avanzar desde allí.
La mejor manera de hacer esto es comenzar con un horario. Programar tareas de trabajo, descansos e incluso actividades de privacidad es una excelente manera de mantenerse organizado. También te permite saber exactamente cuándo pasar del trabajo a la vida privada.
Comience poco a poco y programe un día de trabajo y un día personal. Haz lo esencial y limítate a unas cinco tareas al día para ambos.
Podría ser una pequeña cosa como programar su hora de almuerzo o recordarle que saque la basura de camino a casa. La semana siguiente, agregue tres días con diez tareas cada día.
Después de hacer esto durante algunas semanas, es posible que sienta que tiene un mejor ritmo y puede comenzar a planificar las cosas con mayor profundidad. Como muchos de nosotros estamos trabajando desde casa estos días debido a la pandemia, tenemos que compaginar casa y trabajo más a menudo de lo que nos gustaría. Una planificación como esta es muy útil cuando se trata de centrarse en uno mismo.
Una de las razones por las que este método es perfecto para trabajar desde casa es que a algunas personas les resulta difícil cambiar del trabajo a relajarse en casa porque ya están en casa. El método de planificación ayudará a tu cerebro a comprender la diferencia, de modo que inconscientemente te resultará más familiar y más fácil de realizar.
Cuando trabajamos desde casa y estamos en pijama la mayor parte del día, sentimos la necesidad de relajarnos más, pero estos pequeños recordatorios que nos recuerdan mantenernos concentrados y relajarnos después del trabajo nos ayudan a concentrarnos más. Lo principal es tomarlo con calma. Tienes que ir poco a poco, de lo contrario sentirás que tienes más trabajo por hacer y no te servirá de mucho. Esto es, por supuesto, lo que quieres evitar. La estrategia es hacer que su equilibrio sea más productivo, no contraproducente.