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Qué es y cómo actuar ante la dependencia emocional

05 noviembre, 2022

La dependencia emocional es un estado psicológico que se caracteriza porque la persona que la padece no es capaz de satisfacer ni de manifestar sus necesidades emocionales por sí misma, no puede asumir sus responsabilidades y depende totalmente de otra persona que, en la mayoría de los casos, suele ser la pareja sentimental.

Además de esto, se puede sentir incapaz de manifestar opiniones contrarias a los demás, por miedo al rechazo o al abandono, ya que requiere una aprobación constante.

Los vínculos basados en la dependencia emocional son aquellos por los que una persona se relaciona con otra no desde el deseo de disfrutar de su compañía, sino desde la necesidad imperiosa de tenerla cerca por miedo a la soledad.

¿Cómo puedes saber si tienes dependencia emocional?

Existen algunos síntomas que te pueden ayudar a identificar si te está afectando o podrías padecer dependencia emocional.

Uno de ellos es que no seas capaz de definir tus gustos propios o identificar aquello que te gusta, sino que simplemente sigues por inercia las aficiones o hobbies de la persona que está a tu lado, sin plantearte tus verdaderos pensamientos.

Tu relación de pareja se basa en contentar a la persona que está a tu lado, sin pensar nunca en ti. Además, necesitas tener controladas todas las situaciones, y te sientes desestabilizado cuando no dominas lo que ocurre.

Por otro lado, es habitual sentir un malestar continuado, ya que no eres capaz de detectar qué cosas te afectan o te sientan mal, debido a que estás desconectado de ti mismo. Esto puede provocar que tengas conductas obsesivo compulsivas, como desarrollar alguna adicción, ya puede ser a sustancias tóxicas, a la comida, a las compras, etc.

Como consecuencia de todos estos síntomas, es habitual establecer relaciones tóxicas con los demás, y la persona que sufre dicha dependencia no es capaz de cortar dichos vínculos, ni crear relaciones emocionalmente sanas.

¿Por qué se desarrolla la dependencia emocional?

Aunque la dependencia emocional no tenga un único motivo para su desarrollo, y dependa de cada persona, lo cierto es que en muchos casos su origen proviene de la infancia.

Esto se puede deber a haber recibido una educación demasiado sobreprotectora, que no nos haya permitido aprender a solucionar nuestros conflictos de forma autónoma, sino que siempre hemos tenido a alguien a nuestro lado a quien recurrir para resolverlos.

En otras ocasiones, la dependencia emocional puede surgir ante una etapa oscura de nuestra vida, en la que nos encontremos muy vulnerables y dejemos toda  nuestra responsabilidad en manos de otra persona. Cuando atravesamos ese momento, nos cuesta volver a ser nosotros mismos, asumir de nuevo nuestras obligaciones y acabar con esa dependencia.

¿Cómo puedo combatir la dependencia emocional?

Superar la dependencia emocional no es sencillo, pero se puede conseguir con fuerza de voluntad y trabajo, y convertirse en una persona con independencia y autonomía. Para lograrlo, compartimos una serie de consejos.

Lo primero de todo es tener en cuenta las señales y síntomas que hemos mencionado antes y reconocer que tienes este problema. Es algo complicado, ya que cuesta ser honesto y reflexionar sobre nuestra forma de actuar. Siempre es más sencillo echar la culpa a los demás.

Este ejercicio de sinceridad es el primer paso para acabar con la dependencia emocional.

Debes entender que, a pesar de que hayas creado una zona de confort en la que te sientes seguro, el futuro es algo incierto, y no podemos adivinar qué pasará en cada situación o cómo nos irá en todos los aspectos de nuestra vida, como trabajo, amistad, relaciones, etc.

Ese miedo o inseguridad puede provocar que nos quedemos ahí, en esa relación que nos produce dependencia. Hay que ser positivos ante los cambios y aprender a aceptarlos. 

Otro aprendizaje imprescindible para las personas dependientes es la asertividad. Es decir, hay que aprender a decir no y expresar nuestros pensamientos, siempre con respeto a las opiniones ajenas, pero sin miedo a manifestar lo que pasa por nuestra cabeza.

También es muy importante trabajar en uno mismo. Para dejar de ser dependiente, hay que perseguir nuestras propias metas y luchar por nuestro propio desarrollo personal.

Además, trabajando en nosotros mismos podemos reforzar nuestra autoestima, otro elemento clave para alcanzar un equilibrio emocional.

Por último, hay que comprender que para salir de una situación de dependencia emocional tenemos que asumir nuestras propias responsabilidades. Debemos hacer un gran ejercicio de valentía. 

Para comenzar podemos marcarnos pequeños objetivos a corto plazo, celebrando nuestros pequeños logros, para motivarnos a continuar con estos cambios, ya que todo requiere un periodo de adaptación, y nuestra aceptación debe ser gradual.

Si hemos acabado con una relación tóxica, debemos aprender a dejar atrás nuestras creencias limitantes y amarnos a nosotros mismos de una forma saludable. Una vez trabajemos nuestra autonomía afectiva, lograremos el bienestar necesario para poder convivir en pareja y amar a otra persona de un modo sano y maduro.