El verano es una época muy esperada por la mayor parte de la población gracias a las tan ansiadas vacaciones. A pesar de ser un momento bastante positivo, no hay que descuidar el cuidado de la salud, ya que existen diversas enfermedades que no nos dan tregua y son más propicias de aparecer en esta temporada del año, por lo que debemos tomar ciertas medidas preventivas para evitar su aparición o paliar sus síntomas en caso de no poder evitarlas, y no dejar que pongan freno a nuestro merecido descanso estival.
Compartimos aquellas enfermedades más comunes que suelen ser propias del verano.
Golpes de calor
Este es uno de los problemas más graves del verano, y se produce cuando el organismo se ve sometido a temperaturas excesivamente altas o bien se somete el cuerpo a una actividad física muy intensa en un clima caluroso.
Existe más peligro de sufrirlos cuando hay olas de calor con temperaturas superiores a 40º y la humedad ambiental es superior al 60 %.
Sus principales síntomas son náuseas, mareos, dolor de cabeza intenso, piel caliente o roja, temperatura corporal alta y, en mayor gravedad, desmayos y pérdida de conciencia.
Para prevenir una insolación, lo principal es estar bien hidratado y evitar tanto la exposición al sol en las horas más calurosas del día como el realizar grandes esfuerzos. Especialmente hay que tener cuidado con niños y ancianos, por ser más propensos a la deshidratación.
Quemaduras solares
Aunque no se trata de una enfermedad, sino de una lesión, hay que tener en cuenta su gravedad y su aparición en verano ante la prolongada exposición al sol.
La exposición a los rayos solares es un factor de riesgo en el desarrollo del cáncer de piel, debido a que ésta tiene memoria. Por ello es imprescindible utilizar siempre cremas solares con un alto factor de protección. Si la quemadura está muy roja o sale alguna ampolla, es necesario acudir a un centro médico para que le apliquen un tratamiento a la zona afectada.
Otitis
La otitis es una inflamación del oído que se suele producir generalmente por una infección. En verano es común que se produzca cuando se queda agua dentro del conducto del oído tras bañarse en una piscina.
Es bastante dolorosa y sus síntomas suelen ser picor y enrojecimiento y salida de pus. Se trata fácilmente con antibióticos y antiinflamatorios.
Para evitar su aparición, que es muy frecuente en niños, hay que intentar no entrar de forma brusca al agua y secar bien los oídos después del baño.
Picaduras de animales
En verano también son muy comunes las picaduras. Por suerte, la mayoría de picaduras de insectos no son graves y son de fácil tratamiento, debiendo tener especial cuidado en caso de reacciones alérgicas.
Otras picaduras a las que tenemos que tener especial cuidado en verano son las que se producen en el mar. Las más comunes son las de medusas y peces araña.
Para este tipo de picaduras hay que lavarlas con agua de mar, aplicar algo frío y acudir a un puesto de emergencias donde nos puedan retirar los posibles restos de espinas, en caso del pez araña, y aplicarnos una crema antibiótica para prevenir infecciones.
Intoxicaciones alimentarias
Es una de las enfermedades más comunes en verano. El motivo es que solemos cambiar de hábitos alimenticios, realizando comidas más copiosas, mayor consumo de alimentos crudos o comidas fuera de nuestro hogar y rutina.
Además el calor puede provocar el mal estado de algunos alimentos, lo que puede derivar en la aparición de gastroenteritis.
Sus principales síntomas son diarreas, vómitos y en consecuencia, deshidratación.
Para evitarlas debemos lavar bien los alimentos, conservarlos en recipientes adecuados si los llevamos a playa o piscina y evitar el huevo.
Infecciones urinarias
Una de las infecciones urinarias más frecuentes en verano es la cistitis, que suele aparecer, sobre todo en las mujeres, al mantenerse mucho tiempo con el bañador mojado puesto y al someter su organismo a aguas frías.
Se caracteriza por una necesidad frecuente de orinar con escozor y molestias al hacerlo.
Para evitarla hay que beber agua de forma abundante, cambiarse el bañador por uno seco y cuidar mucho la higiene.
Conjuntivitis
Otra de las enfermedades muy comunes en verano es la conjuntivitis, ya que existen muchos factores ambientales aumentan el riesgo de contraerla. Dichos factores son: mayor exposición al sol, el uso de aires acondicionados que provoca sequedad ocular, el uso de lentillas más tiempo y la estancia en ambientes muy cargados.
Además de acudir al oftalmólogo en caso de sufrir una conjuntivitis, puedes aplicarte una compresa fría sobre los ojos para aliviar el picor o adquirir un preparado antihistamínico en una farmacia, ademá de dejar de usar lentes de contacto y evitar tocarse o rascarse los ojos, sobre todo sin lavarte las manos antes.