Tener una mente positiva no solo es necesario para sentirse bien con uno mismo, sino que es un elemento clave para sentirse motivado a afrontar los diferentes retos que nos puede plantear la vida. Esto permite tu crecimiento tanto personal como en otros aspectos, como el social o el laboral, además de facilitar las relaciones sanas con los demás.
Tener esta actitud optimista no siempre es tan sencillo, especialmente si te enfrentas a situaciones complicadas que ponen en riesgo tu ánimo.
Para ello, existen diferentes técnicas que hay que aprender para generar pensamientos positivos. Cuando ya se obtiene este hábito, la forma optimista de pensar se interioriza y ya no se necesita hacer esfuerzos para tener pensamientos positivos, ya que surgen como parte del comportamiento habitual de la persona.
Compartimos algunas de las técnicas para realizar este cambio mental.
Practicar la gratitud y el perdón
Cada día debemos practicar el agradecimiento por todas las cosas buenas que tenemos. Cuando estamos viviendo un momento complicado, puede que nos cueste más identificarlas, pero siempre hay algo que podemos agradecer.
Por otro lado, es importante practicar el perdón tanto hacia los demás como a nosotros mismos y a nuestras equivocaciones.
De esta forma, apartamos emociones negativas de nuestro interior, como la amargura, el dolor y la negatividad.
Aceptar el paso del tiempo
Este aspecto está relacionado con la aceptación de todo lo que nos sucede, especialmente la marcha o la pérdida. El tiempo es algo que no podemos detener. Cuando esto transcurre, los sentimientos van cambiando, los objetos van perdiendo su valor y, lo más complejo, vamos perdiendo personas de nuestra vida, bien porque fallecen, bien porque se alejan para seguir su propio camino.
Aunque es un poco doloroso, es necesario aceptarlo aprendiendo a vivir y disfrutar del momento presente. Así dejaremos ir aquello que se aleja y crearemos un hueco para nuevas personas y experiencias.
Practicar la generosidad
Ser generoso con los demás nos ayuda a sentirnos útiles y queridos, además de “empaparnos” con los sentimientos de gratitud de los demás. Por tanto, practicar la generosidad es un acto de amor hacia los demás pero que también repercute de forma positiva en nosotros mismos, y contribuye a mejorar nuestra autoestima.
Controlar tu respiración
Cuando tenemos pensamientos negativos, es común que esto nos produzca ansiedad y repercuta en nuestra respiración.
Aprender técnicas que nos ayuden a controlar la respiración nos permite mantener a raya a los pensamientos negativos.
Para ello debemos aprender a respirar de forma lenta y profunda. Cuando te sientas más calmado y tranquilo, será más sencillo pensar de forma positiva.
Visualización positiva
También es muy importante el poder de la visualización para obtener pensamientos positivos. Cierra los ojos y piensa en momentos buenos y que te traigan recuerdos agradables de tu pasado. Imaginar esa situación te lleva a recrear las buenas sensaciones que viviste, y ayuda a obtener una posición mental positiva para el presente.
Para hacer este ejercicio debes tener paciencia y tomar el tiempo necesario para que las emociones positivas lleguen hasta ti y continúen contigo una vez abras los ojos.
Establece pequeñas metas alcanzables
Para ser positivo es necesario estar motivado y tener metas y sueños. Sin embargo, a veces tenemos metas demasiado difíciles o que no son realistas, y pueden producir el efecto contrario.
Lo ideal es fijarse pequeños objetivos a corto plazo. Cada vez que alcancemos uno de ellos, podremos aumentar su dificultad y luchar por alcanzar metas mayores. Así, cada vez que consigamos un pequeño paso, crecerá nuestra motivación y nos ayudará a seguir siendo positivos.
Modifica tu diálogo interior
Las ideas o conversaciones que tenemos con nosotros mismos tienen un gran poder e influencia en nuestro subconsciente. Si tenemos pensamientos negativos, es común que nuestros resultados también lo sean.
Nuestro vocabulario debe tener siempre afirmaciones positivas, y utilizar palabras como “yo quiero” y “yo puedo”. Que nuestra mente se alimente de palabras positivas es un gran paso para convertirnos en una persona optimista.
Estímulos para desarrollar la mente positiva
Todas estas técnicas debemos aplicarlas poco a poco en nuestra rutina para transformar nuestro estilo de vida a uno más optimista y positivo.
Para ayudarnos a que formen parte de nuestra mente, existen diferentes estímulos que sirven para desarrollar una mente positiva.
Por ejemplo, uno de ellos es la música, que puede despertar muchísimas emociones, tanto positivas como negativas, por lo que debemos buscar aquellas canciones que contribuyan de forma positiva a nuestro ánimo.
Practicar ejercicio también incide directamente en nuestro cuerpo y mente y es favorecedor del pensamiento positivo, gracias a la liberación de endorfinas y a la estimulación cardiocirculatoria.
Y, por último, un elemento indispensable para ser positivo es la risa. Cuando reímos, nuestro sistema emocional se activa y segregamos endorfinas, que son consecuencia de un estado de bienestar mental positivo.